40 pasajeros y 5 tripulantes abordaron el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, el 13 de octubre de 1972, con destino a Santiago de Chile. Entre ellos viajaban 19 jóvenes del equipo de rugby Old Christians, con varios de sus amigos y familiares, para jugar un partido contra un equipo de rugby chileno.
Pero debido a un error de navegación de los pilotos, el avión se estrelló en la cordillera de los Andes, perdiendo la cola y las dos alas. Lo cual provocó que el fuselaje se deslizara como un trineo y terminó aterrizando en un valle nevado, conocido como el Valle de las Lágrimas. Dejando 16 sobrevivientes del accidente que fueron rescatados hasta 72 días después.
A esto lo conocíamos como la tragedia de los Andes, también dada a conocer por la película ¡VIVEN! (título en inglés: Alive) una película estrenada en 1993 por el director y productor Frank Marshall basada en el libro ¡Viven!
Recientemente la plataforma NETFLIX estrenó la película con el nombre “La sociedad de la nieve”
Donde también nos muestra la historia de la tragedia de Uruguay que sacudió al mundo entero, en aquella época.
Lo increíble de esta historia, es la noticia o el relato no contado sobre una ruta no explorada que podría haber cambiado el destino de los sobrevivientes del accidente aéreo de 1972. En medio de las montañas andinas, Donde ha salido a la luz pública que, a solo 20 kilómetros al este del sitio del accidente, yacían un rancho y un hotel abandonado con baños termales, un refugio desconocido para los desafortunados viajeros.
En diciembre de 1972, Parrado, Canessa y Vizintín, enfrentaron la decisión más crítica de sus vidas. Frente a ellos, dos direcciones: hacia el este, la posibilidad desconocida de un refugio cercano; hacia el oeste, la esperanza incierta de encontrar civilización. Su elección se vio influenciada por un error crucial: la creencia errónea de que se encontraban en Chile, basada en la última afirmación del copiloto antes de morir. Esta desafortunada desorientación, sumada a la falta de brújula, mapas y una información errónea, los llevó a elegir el oeste.
Un final diferente sería si hubieran conocido la existencia del Hotel
Termas el Sosneado, construido en 1938 y ubicado a orillas del río Atuel, su travesía podría haber tomado un rumbo dramáticamente distinto. Hoy, este hotel en ruinas es un testigo silencioso de lo que pudo haber sido. Si los pilotos hubieran interpretado correctamente sus instrumentos, si Parrado hubiera sido persuadido por Canessa, si no hubiera habido un temporal… tantos «si» que plantean un escenario alternativo.
Este relato no solo es un testimonio de la resistencia humana, sino también un recordatorio de cómo el destino puede depender de un simple giro del azar. Los sobrevivientes, guiados por un entendimiento equivocado, superaron desafíos impensables, pero siempre quedará la pregunta: ¿qué hubiera pasado si hubieran sabido de la salvación que le esperaba al este?
En esta parte del relato caemos en el absurdo ejercicio de
¿Qué hubiera sido si?
Sin tomar en cuenta que, como seres humanos, cada día tomamos las decisiones como mejor podemos, y con el paso del tiempo vamos cambiando de tal manera que lo que hacemos en un momento dado no es replicable con lo que hicimos en el pasado y tampoco será igual a lo que haremos en un futuro.