Esta frase es tomada del libro “Rebelión en la Granja”, escrito por George Orwell en 1945, una obra que ha sido considerada una de las más visionarias paráfrasis sobre la dinámica generada hasta nuestros días, mediante la cual las revoluciones sociales y políticas giran en torno a sí mismas, en un franco proceso de autodestrucción y deterioro
Como decía en un post recientemente publicado, no soy amigo de la política y mucho menos de los políticos, pero en estos días mas que nunca antes, se han puesto de moda las palabras xenofobia, migración y extranjeros, sin tomar en cuenta «los valores» de cada ciudadano, y las necesidades o motivos que tuvieron o tenemos muchos de los que nos atrevemos a salir de nuestros países, sin la intención de generar mas daño del que ya han causado sus dirigentes.
Me permito hacer este comentario como introducción porque anteriormente, específicamente en el sector turismo, siempre han existido los intercambios culturales y por tanto, era muy común encontrar extranjeros y ciudadanos de otra nacionalidad, representando o dirigiendo un hotel o departamento, con la intención de lograr un mayor intercambio cultural que pudiera ser agradable a los huéspedes y sirviera de formación para el resto de los empleados.
En el caso de los restaurantes, existían intercambios, ferias o temporadas, donde un extranjero nos venía a presentar su cultura, tradiciones, ingredientes y algunas practicas habituales de sus países, (ingredientes, recetas, montajes, decoración y hasta bailes) esta actividad era disfrutada por empleados y clientes, que a lo largo del año podía recopilar varias experiencias que nos nutrían de las diferentes culturas y también nos permitía mostrar al extranjero, nuestras prácticas y tradiciones habituales, así como aquellas otras que habíamos aprendido a lo largo del tiempo.
Por esto mas que nunca, hoy en día el trabajo para cualquier hotelero sigue siendo el de mostrar la mejor atención, pulcritud, eficiencia, variedad y seguridad en los servicios ofrecidos, por todo esto lo importante no es el color de tu bandera o el acento que te caracteriza, lo realmente importante es la capacidad para brindar un buen servicio y ofrecer una experiencia inolvidable, con valores genuinos que te permitan trabajar en equipo, en un ambiente sano y rentable para tus compañeros y la empresa que representas.
Al final de cada día todos habremos aprendido algo nuevo