Recientemente leí un artículo sobre la canonización de la colombiana Madre Laura, durante una misa presidida por el Papa Francisco, en la renombrada Plaza de San Pedro, lo cual hace pensar a todos los expertos que esto representará un nuevo impulso para el turismo religioso hacia Colombia, que de por sí, ya cuenta con varias rutas que anualmente disfrutan viajeros internacionales.
Aterrizando yo en Suramérica, recuerdo que las tradiciones y monumentos de la fe católica que se profesan actualmente desde hace varios siglos, son considerados hoy en día como atractivos turísticos de gran valor para quienes buscan elevar sus niveles de espiritualidad y aprender sobre la cultura local.
En tiempos difíciles, cada vez son más los viajeros que optan por destinos asociados a sus intereses. Y de acuerdo a un conocido estudio sobre turismo religioso elaborado en 2009 por la Secretaría de Desarrollo Turístico de Guanajuato (México), el deseo de acercarse a la religión, recorriendo sus lugares más representativos, hace parte de esta tendencia.
En nuestros días, países como Colombia, México y Venezuela, reúnen un gran potencial en este segmento a razón del sin número de experiencias únicas, a las que pueden acceder quienes practican la fe católica, incluso en templos que fueron construidos hace más de un siglo, lo cual además de su enorme potencial turístico, despierta gran interés, por su diseño, materiales y arquitectura propia de la época.
En todos estos años muchísimas han sido las declaratorias de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, presentadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco); acerca de nuestras costumbres y tradiciones que representan y reproducen la pasión y muerte de Cristo, durante varias temporadas y pueblos enteros en los que toda la familia se concentra y organiza para este tipo de actividades, que dan muestra de la fe enorme que tienen los ciudadanos en cada región.
Tal es el caso de la Semana Santa, donde más allá de las vacaciones y días feriados miles de personas viajan con propósitos religiosos y procuran hacer visitas a las edificaciones y monumentos que se encuentran distribuidos a lo largo y ancho del país.
Por esta razón desempolvo la mochila y cámara en mano hago un recorrido de norte a sur, cruzando montañas y valles, por toda Venezuela para mencionar y compartir con ustedes nuestras basílicas, santuarios, monumentos y hasta pequeñas iglesias que son visitadas cada año por feligreses y devotos de distintos lugares del mundo.
Para mencionar algunos y comenzando por el más importante para mí como venezolano, tenemos El Santuario de Nuestra Señora de Coromoto, La Patrona de Venezuela, quién se presentó al Cacique Coromoto el 11 de septiembre de 1652. Su santa sede se encuentra ubicada en la ciudad de Guanare y en el año 2006 fue elevado a basílica menor, por el Papa Benedicto XVI.
En la Isla de Margarita: Tenemos la Basílica Menor de Nuestra Señora del Valle, con la venerada imagen de la inmaculada Virgen, celebrada cada 08 de septiembre en todo el oriente venezolano, en especial en el estado Nueva Esparta. (1530).
La Divina Pastora de Barquisimeto, uno de los iconos religiosos más importantes de Venezuela, la imagen original data de 1735, y sale en procesión cada 14 de enero.
La Virgen de Chiquinquirá de Venezuela, nuestra virgen negra, conocida por todos como “La Chinita” descansa en la Basílica de Maracaibo. Ciudad que cada año, el 18 de noviembre desde 1709, celebra la tradicional «Feria de La Chinita» donde realizan misas y procesiones en honor ella.
Por último y no menos importante el colosal Monumento a la Virgen de la Paz levantada a 11 km al suroeste de la ciudad de Trujillo, Con 46,72 metros de altura, que la convierten en la escultura habitable más alta de América. Desde 1568 la virgen de Nuestra Señora de la Paz es la patrona espiritual de Trujillo, pero no fue sino hasta diciembre del año 1983 que sus fieles pudieron disfrutar esta maravillosa y llamativa obra donde se pueden observar, en un día claro, casi la totalidad del Estado Trujillo, parte de la Sierra Nevada de Mérida y de la Costa Sur del Lago de Maracaibo.
Con todas estas obras y la infinidad de otras esculturas, iglesias y templos que sustentan la devoción de los fieles en Venezuela, no queda otra opción que esperar y rezar por el impulso que puedan recibir por parte de las diferentes autoridades de gobierno y las eclesiásticas, para que los operadores turísticos preparen desde ya un recorrido en cada una de nuestras principales ciudades.
Como cristiano, católico, padre de familia y amante del turismo, estoy convencido que será muy placentero ver durante los próximos años el rescate de las procesiones, patinatas, ferias y celebraciones religiosas, que nos permitan disfrutar y dar a conocer cada rincón de nuestro país.
En un próximo articulo como buenos viajeros, cruzaremos la frontera un poco más allá de Venezuela, para conversar de la presencia y actividades que se realizan en torno al turismo religioso, en otros países como Brasil (El Cristo Redentor), México (Virgen de Guadalupe), Francia (Virgen del Rosario), Portugal (Virgen de Fátima) y muchas otras importantes creencias y figuras de la Iglesia Católica, por el resto del mundo.
Si tienes algún comentario, por favor no olvides compartirlo quizás hay muchos otros lugares por conocer, que valen la pena mencionar.