Hoy exploraremos cómo diferenciar entre beneficios y recompensas, y de qué manera esta diferencia puede potenciar nuestro camino hacia el éxito.
En días pasado al momento de comprar un regalo para mi hija y negociando con ella el pago de su regalo con parte de sus ahorros, recordé las diferencias entre beneficio y recompensa. Ya que saber distinguir entre beneficio y recompensa, influye de manera muy distinta en nuestra conducta y en la consecución de los objetivos.
A mi concepto, tengo muy claro que distinguir las diferencias entre beneficio y recompensa nos ayudará de gran manera a lograr nuestros objetivos y focalizarnos en los resultados, valorando el proceso.
Veamos la diferencia:
BENEFICIO
- Se refiere al resultado positivo o la ventaja que obtenemos al realizar una acción o alcanzar una meta. Es intrínseco a la actividad y suele estar alineado con nuestras necesidades o deseos personales. Por ejemplo, al aprender una nueva habilidad, el beneficio radica en el conocimiento adquirido y en la satisfacción personal de superación.
RECOMPENSA
- Es un incentivo externo que se ofrece como reconocimiento por completar una tarea o lograr un objetivo. Las recompensas pueden ser tangibles, como dinero o premios, o intangibles, como elogios o reconocimiento social. Por ejemplo, recibir un bono por alcanzar las metas de ventas en el trabajo es una recompensa extrínseca.
La principal diferencia radica en que el beneficio es inherente a la actividad y satisface necesidades internas, mientras que la recompensa proviene del entorno y actúa como un estímulo externo para motivarnos.
En nuestra búsqueda de objetivos, es común confundir beneficios con recompensas. Sin embargo, comprender su diferencia es clave para mantenernos motivados y enfocados.
Desde mi punto de vista, la conclusión sería que para fortalecer tu motivación personal, lo primero que debemos hacer es identificar los beneficios internos de tus acciones y reconocer las recompensas externas como complementos en tu camino. Este equilibrio te permitirá avanzar con determinación hacia tus metas, disfrutando del proceso y celebrando cada logro.
Tener claro que es muy importante equilibrar ambos aspectos. Mientras que las recompensas pueden impulsarnos a corto plazo, los beneficios intrínsecos nos proporcionan una motivación duradera y profunda. Alinear nuestras acciones con los beneficios personales nos ayuda a mantenernos comprometidos, incluso cuando las recompensas externas no son inmediatas.